Dejar de mentirse


Para quienes no han dejado de buscarse

Cuando no estás sentada
donde estás sentada.
Cuando escuchas el mar
sientes su olor
pero no giras la cabeza
para mirarlo.

Cuando no estabas sentada
donde estabas sentada.
Cuando escuchaste el mar
sentiste su olor
pero no giraste la cabeza
para mirarlo.

De repente la sospecha
de quien escribe
desnuda frente al espejo.
La sospecha de quien
lleva el tiempo cronológico
como una insignia.

De quien finge que otro tiempo
no es el ahora.
Cuando no estás parada
donde estás parada
pero sí sentada
donde no se estaba sentada.
Cuando escuchas el mar
sientes su olor
y giras la cabeza
parar mirarlo.

Romper el ciclo de lo
que se finge real.
Asumir la sospecha
de lo otro.
Dejar de mirar de soslayo
el cuerpo desnudo.
Permitir lo múltiple
el viaje.
Dejar de padecer lo fijo
lo determinado.

Confrontar a quien escribe el poema
del que finge no tener más
sospechas.


Leave a comment

Design a site like this with WordPress.com
Get started